Interesante corto que funciona a la par con la música. Tuvo una gran repercución en la red desde su misma publicación. A pesar de ser bastante simple, es más provocador de lo que parece, ya que plantea una dura crítica a los que comercian con la felicidad: vendedores de anti-depresivos, falsos psicólogos y comerciantes, gestores de vacíos programas de televisión que no aportan nada, promotores de jornadas de auto-ayuda que dejan a la gente más estúpida de lo que ya estaba, entre otros. La pregunta sería: ¿es posible evitar ese dolor que nos ayuda a crecer y entender mejor la vida? ¿evadir ese dolor, es tan correcto como parece? La pregunta queda abierta.
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